[MÚSICA] [MÚSICA] Hola, soy María Isabel Cerón. Soy Politóloga de la Universidad de Los Andes, y tengo una maestría en Comunicación Audiovisual. Toda mi carrera profesional la he dedicado al posicionamiento de marcas públicas, privadas y de ONGs. Hoy les voy a hablar del posicionamiento de un candidato en campaña. Comunicar, para decirlo de manera sencilla, es transmitir información, con el objetivo de que el receptor acceda al mensaje que se emitió, y que realice las acciones que el emisor de la información busca. Una compra, el apoyo a una postura ideológica, un like en redes sociales, o que vote por determinado candidato. La comunicación es una aliada del poder, especialmente en regímenes democráticos, como el nuestro, donde la ciudadanía tiene la responsabilidad de elegir y ejercer control sobre las acciones de sus gobernantes. Así es, gobernar es comunicar. ¿Cómo hacer de la comunicación una aliada en las elecciones, que es el momento determinante de cualquier proyecto político? Para ello, se deben responder varias preguntas. La primera, sobre los electores. ¿Cuáles son las expectativas y las necesidades sociales de los electores? Por ejemplo, ¿hay algún tema que adquiera una relevancia importante durante este periodo? ¿Cuáles son los aspectos en los que buscan acciones urgentes por parte del candidato? La segunda pregunta que debe realizarse al momento de planificar las comunicaciones en campaña política, está relacionada con el entorno. ¿Qué procesos se desarrollan en manera paralela que tendrán una incidencia sobre los electores? Por ejemplo, una reforma tributaria, un cambio en el régimen laboral, asuntos limítrofes, incluso contiendas deportivas de gran importancia tienen un efecto sobre el clima de opinión, y juegan un papel en los procesos electorales. La tercera pregunta, sobre la competencia. ¿Contra qué candidatos y propuestas se enfrenta nuestro candidato? ¿Cuál es su diferencial frente a ellos? La cuarta pregunta, sobre nuestro candidato. ¿Cómo lo percibe la ciudadanía? Y muy importante, las áreas de riesgo de nuestro candidato, y de sus contendores. ¿Cuáles son sus debilidades? Las áreas en las que los demás pueden atacar. Todas estas preguntas se responden, no desde la visión del asesor de comunicaciones, no a partir de la percepción del candidato, sino con base en datos. Estos provienen, por un lado, de las encuestas, you sabemos que las encuestas tienen falencias, y las han demostrado en procesos electorales en todo el mundo. Está también la información de los medios de comunicación. Y tenemos los análisis de las redes sociales, pero también sabemos que en las sociedades como la nuestra, las redes sociales no expresan el sentir de toda una sociedad, sino de una parte de ella. Entonces, debemos analizar su información con esa claridad. Una vez tenemos respuestas sobre estas preguntas, es el momento de definir. Primero, el posicionamiento de nuestro candidato, el mensaje con el que se posicionará, y el enemigo que combatirá. Dos, los ejes de campaña. Tres, la estrategia publicitaria. Cuatro, las acciones diarias de la campaña, para que seamos nosotros quienes pongamos la agenda, y quienes llevemos a los demás candidatos a manifestarse con respecto a nuestras propuestas; y quienes traigamos la atención de los medios y la ciudadanía, a la campaña. Quinto, los canales de comunicación para llegar a los electores. Sexto, la estrategia del día de elecciones, que es el día D, en el que se materializa todo el esfuerzo de la campaña con el voto ciudadano. No hay fórmulas mágicas. De hecho, resultados electorales llenos de sorpresas, en todos los rincones del mundo, nos indican que la comunicación política en procesos electorales enfrenta enormes retos. La ciudadanía está cambiando su manera de acceder a la información sobre los procesos electorales. La abstención se consolida como el gran ganador en importantes contiendas. Las encuestas no están siendo la brújula que permite medir con eficacia la intención de voto de los ciudadanos. Y los ciudadanos tienen un creciente descontento con respecto a los políticos, y a sus mensajes en elecciones. Por eso, una de las tácticas más importantes en campaña, consiste en contar con grupos de ciudadanos fuertes, que transmitan los mensajes del candidato y lo apoyen, porque tienen mayor credibilidad por parte de la ciudadanía los líderes sociales que los políticos mismos. También es importante reconocer que los ciudadanos se informan sobre la política en canales de comunicación nuevos, sobre los cuales las campañas tienen una limitada capacidad de medición. Los chats de Whatsapp, por allí circula información cierta, también es el caldo de cultivo de rumores que contaminan las campañas, y que pueden llegar a acabar con nuestra propuesta, incluso con la viabilidad política de nuestro candidato. Una reflexión final sobre éste, que es uno de los aspectos más críticos en una campaña. Ojalá los políticos llegaran a acuerdos mínimos sobre la veracidad de los mensajes que transmiten en campaña. Y la actividad de comunicación electoral no tenga que concentrarse en desmentir la información falsa que algunas campañas ponen a circular en tiempos electorales, porque sí, se lesiona el candidato, pero sobre todo es una bofetada a la democracia. Entonces, para concluir, en comunicaciones electorales no todo vale; y si la competencia usa mecanismos de comunicación reprochables, el peor error es dejarse tentar y seguir su ejemplo. Muchas gracias. [MÚSICA] [MÚSICA]